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Extrasístole



Antares: Doctor, es un placer conocerle. Dicen que es el mejor cardiólogo del país.
Dr. Aolmar: Exageran...
Antares: Digo yo que cincuenta años pasando consulta darán mucho de sí, ¿no?
Dr. Aolmar: (Sonriente) Eso sí; algo de experiencia tengo...
Antares: Por eso he venido a usted. Le admiro, y me inspira mucha confianza.
Dr. Aolmar: Se lo agradezco... de corazón. Por cierto, ya están los resultados de las pruebas que le he practicado esta mañana.
Antares: Ah, ¿sí? Pues cuénteme, haga el favor.
Dr. Aolmar: (Releyendo el historial de Antares) Veamos... usted acusaba desde hacía algunos días unas palpitaciones repentinas, intensas y frecuentes en el corazón. Según sus propias palabras: "...como si en el ritmo de mis latidos se produjera un salto y me faltara el aire". Es así, ¿no?
Antares: Así es, doctor.
Dr. Aolmar: Pues a ese fenómeno que le sucede se le denomina "extrasístole", o "contracción ventricular prematura". Y en su caso, todas las pruebas llevadas a cabo son concluyentes: está usted sanísimo. Su vida no corre ningún peligro. Las extrasístoles pueden ser delatoras de peligro cuando van asociadas a cardiopatías, pero usted no padece ninguna. En suma: que su corazón está fuerte como un roble.
Antares: ¡Vaya...!
Dr. Aolmar: Usted me comentó que sabía que el perejil ingerido a altas dosis podía provocar alteraciones del ritmo cardíaco, lo cual es cierto. Y también, que en los últimos días había comido ensaladas con cierta cantidad de perejil. Sin embargo, según me ha confirmado, hace dos días que no lo come; pero esta mañana ha experimentado aquí, en mi clínica, varias extrasístoles. Luego, podemos descartar al perejil como agente causante. Tal vez pueda haber acentuado algunas de las extrasístoles, pero no ha causado ninguna de ellas. De eso estoy completamente seguro.
Antares: ¿Entonces...?
Dr. Aolmar: Joven, detecto un brillo particularmente intenso en su mirada. ¿Le apetece decirme cómo se llama ella?

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