Él: Desde esta mañana, te noto rara, preciosa. ¿Cómo te sientes?
Ella: Pues... triste.
Él: ¿Triste? ¿Por qué? ¿Qué te ha pasado?
Ella: Nada...
Él: ¿Tiene que ver con lo de anoche?
Ella: No, para nada. Anoche lo pasé genial contigo.
Él: ¿Entonces...?
Ella: Es que... ni yo misma lo entiendo bien. Simplemente, estoy triste... pero no hay un porqué. Estoy triste... y ya está. Son cosas de mujeres...
Él: Vale, no pasa nada. No necesito entenderlo. Sólo quiero recordarte que estoy a tu lado, para lo que sea.
Ella: Gracias, guapo. [...] ¿Sabes?, es como si me encontrara ahora mismo en una fase de cuarto menguante.
Él: ¿Que te sientes como la Luna cuando está en Cuarto Menguante?
Ella: Sí... yo lo explicaría así si tuviera que ponerle palabras.
Él: Pues eso tiene su lado positivo.
Ella: Ah, ¿sí? ¿Cuál?
Él: Que dentro de poco entrarás en la fase de Luna Nueva, te renovarás, y luego llegará el Cuarto Creciente. Y volverás a brillar con todo tu esplendor.
Ella: ¿Sabes que tú eres un Sol?
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