El amor es la energía más poderosa del Universo. Fundamentalmente, porque constituye la quintaesencia de todas las cosas, de todos los seres, y porque es capaz de saltarse todas las leyes y transformar todas las realidades de un modo amplio y profundo.
El amor es algo concreto. Es un todo. Es un potencial que se puede materializar y corporeizar. Es una sustancia. Y, como tal, posee distintas propiedades. Veamos a continuación algunas de ellas:
ILUMINA. Cuando el amor hace acto de presencia, desplaza a la oscuridad, permite reconocer las cosas tal como son y ver el camino más adecuado para seguir adelante.
CALIENTA. No hay frialdad humana que pueda resistirse a los efectos de la llama vigorosa del amor, a su fuego, a su reconfortante y apacible calidez.
ABRILLANTA. El amor puede convertir un ser opaco y deslucido en uno brillante, quizá por los efectos de su propia autoestima, o de la fe de otro sobre aquél. Esa fe que sostiene que con la voluntad uno puede conseguir lo que se proponga y brillar por sí mismo, sin reflejar la luz de otro.
RECOMPONE. Cuando algo se rompe, cuando se hace añicos, cuando se disgrega, cuando se destruye, cuando se atomiza, sólo hay una cosa en el Universo capaz de volver a integrarlo y recomponerlo de tal modo que sea, incluso, mejor que antes. Sobre todo, si hablamos de relaciones humanas...
DULCIFICA. La amargura que acompaña un dolor, una pérdida o un duelo puede verse perfectamente compensada, incluso disipada, bajo el radio de acción del amor. Porque el sabor del amor es siempre dulce. Siempre.
ABLANDA. La coraza de acero más tenaz e impenetrable, capaz de confinar el corazón humano, puede ablandarse como un metal caliente cuando sobre ella se aplica, pacientemente, la poderosa energía del amor. Ese amor que es cariño, ternura, delicadeza, compasión...
VITALIZA. No importa lo gris y monótona que sea la existencia del ser humano. No importa que sea cuesta abajo. No importa que tenga final. En cualquier momento de su vida el amor puede despertar esa chispa que, de repente, sea capaz de animar a una persona a emprender un gran cambio o acometer una gran empresa. Un hecho, en definitiva, que puede transformar profundamente su vida, y a mejor.
EXPANDE. El amor es eso que nos hace crecer y evolucionar a pesar de todo, a pesar de las adversidades, a pesar de los agravios, a pesar de las miserias. Es esa sensación en el pecho que nos mueve, sin querer, a respirar hondo. Es ese impulso que nos lleva a abrir los brazos, la mente y el corazón, indiscriminadamente, a todo ser que se cruce en nuestro camino.
EMBELLECE. Cualquier cosa impura, cualquier acto impropio, cualquier palabra abrupta, pueden volverse hermosos cuando se impregnan y empapan de ese elixir mágico, extraordinario e insuperable que es la razón de ser de este humilde ensayo.
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