Año 2051.
España: Bom dia, Portugal.
Portugal: Bom dia, bela. Tú sempre tão madrugadora.
España: Ya sabes... mis costas de levante y el amanecer se llevan de maravilla. Vamos, como uña y carne.
Portugal: Jejeje. Te encuentro muy sexy cuando pronuncias las eñes. Y... a propósito, o seu português mejora día a día.
España: Gracias, precioso, tú también estás ganando muchos puntos con el español. Será por eso que nos entendemos tan bien.
Portugal: Sí, cuestión de práctica...
España: ¿Sabes?, yo también te encuentro muy atractivo en los últimos tiempos.
Portugal: ¡Vaya!, ¿y cómo es posible? Si yo soy bastante más pequeño que tú.
España: Creo que empecé a sentir eso hace cosa de veinte años, cuando se descubrieron las minas de oro en tu territorio y te convertiste en muy poco tiempo en la primera potencia de Europa. Aunque lo mejor de todo es que tu gobierno de entonces decidió nacionalizar esas minas y repartir la riqueza entre el pueblo. Eso me encantó. Y es que has cambiado tanto, Portugal. Ahora eres rico, poderoso, nadas en la abundancia. Tu pueblo es próspero y vive en armonía...
Portugal: Tú tampoco te quedas atrás, bela Espanha. Tiene mucho mérito que tu pueblo consiguiera superar aquella terrible crisis que te azotó durante años. Qué suerte que tus ciudadanos recuperaran la dignidad perdida y decidieran terminar en dos mil quince con la corrupção. ¿Recuerdas? Tu gran cambio empezó en aquel año. Y a partir de entonces, todo comenzó a ir de bien en mejor. Agora, no sólo eres grande sino que tienes grandeza.
España: Gracias... me emociona escucharte.
13 horas más tarde...
Portugal: Mira, Espanha, ¿has visto qué ocaso tan impresionante, todo teñido de ese rojo tan luminoso?
España: Sí, nunca había visto un ocaso así en tus costas de poniente. Nunca con esta intensidad. ¿Por qué será?
Portugal: ¿Por qué preguntas lo que ya sabes...?
España: Eres travieso. Me sonrojas...
Portugal: ¿Sabes una cosa, querida España?
España: Dime, Portugal.
Portugal: Llevamos juntos millones de años en la península. Nos conocemos de toda la vida. Y en las últimas décadas, por primera vez en nuestra historia, ambos vivimos en la prosperidad y en la abundancia. Los dos, tú y yo, hemos conseguido superar alguns dos nossos desafios mais importantes. ¿No crees que ya ha llegado el momento de celebrarlo?
España: Sí, Portugal, siento que ese momento ya ha llegado. Yo también lo estaba pensando.
Portugal: Pues lo que te propongo, bela, es que, de una vez por todas, borremos nuestras fronteras, esa delgada línea que nos separa. Propongo que nos fusionemos. Que pasemos de ser dos a ser uno. Un solo territorio. Una sola nación. Un solo pueblo.
España: ¡Me encanta la idea! ¡Me has leído la mente! ¿Y cómo nos denominaremos? ¿Se te ocurre alguna idea?
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