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Mostrando entradas de septiembre, 2014

Como la noche y el día

Ella: Precioso: estoy muy sorprendida contigo.  Él: Ah, ¿sí? ¿Y eso? Ella: Fíjate bien: a mí me gusta vestir a lo hippie y a ti de marca hasta en los calzoncillos, yo soy vegetariana y tú adicto a las hamburguesas, yo voy a la filmoteca y tú a los cines multisalas, yo viajo con mochila y tú con maleta, yo digo tacos a menudo y tú ni por saber morir, yo escucho a los Ramones y tú a María Callas… Él: ¿Y qué? Ella: Pues que no lo entiendo. ¿Por qué te atraigo tanto? Él: Por cómo me siento cuando estoy contigo, preciosa.

Luz y sombra

Cafarnaúm, Galilea, año 32 de nuestra era. Zaida: …todavía me siento impactada. Nunca había conocido a un hombre así. ¿Te has fijado en su mirada, en su luz? Yeshua: Sí, a mí también me ha impresionado. Tenía algo muy especial. Como una aureola de bondad y magnificencia que le envolvía. Su voz redonda, y a la vez suave… Aharon: Para mí, su discurso rebosa amor por los cuatro costados. Cuánta verdad he hallado en sus palabras. Y qué gran desafío el que nos plantea: amarnos los unos a los otros, como hermanos. Daniel: Yo he podido acercarme a él al final. Zaida: Ah, ¿sí? ¿Y qué has sentido? Daniel: No sabría explicarlo con palabras. Algo... extraordinario. Nunca alguien había despertado en mí algo así. Jerusalén, Judea, año 33. Wafiq: ¿Os habéis enterado de lo que ha ocurrido esta mañana en el templo? Sara: Sí, yo estaba justo al lado. Un hombre joven ha irrumpido gritando, y luego se ha dirigido en dirección a los cambistas y vendedores de palomas,

Amor incondicional

En la Facultad de Biología, a primera hora de la mañana, en el aula E, toca clase de Botánica. El catedrático está haciendo algunas preguntas a los alumnos presentes... Catedrático: Señor Miraños, ¿puede decirnos usted en qué consiste el fototropismo positivo en una planta, si es tan amable? J. Miraños: Consiste en una respuesta del vegetal ante un estímulo luminoso. En el caso del positivo, éste se da cuando la planta crece en dirección a la fuente de luz. Catedrático: Muy bien; muchas gracias. [...] ¿Y puede decirnos, señora Olmos, cuál es el fototropismo positivo más extendido en la Naturaleza? M. Olmos: Sí, el crecimiento de las plantas y el movimiento de sus hojas en dirección al Sol. Catedrático: Correcto. Así es. [...] ¿Y puede decirnos, señora Yuste, qué obtiene la planta en ese movimiento fototrópico hacia la luz del Sol? I. Yuste: El máximo aprovechamiento de la energía solar.  Catedrático: Óptima respuesta. [...] Y díganos usted, señora Costa, ¿

La mujer del parque

En aquel parque regio el tiempo preotoñal ya se dejaba sentir con sus colores ocres y su hojarasca. Ella vestía unos pantalones largos, no muy ajustados, una blusa de dos tonos a juego, con un pañuelo anudado al cuello, una chaqueta fina entallada, de punto y color oscuro, y unas bailarinas calzando sus pies. Ninguna porción de su cuerpo ni de su piel se entreveía o insinuaba. Quedaban desnudos sus tobillos y sus manos; únicamente. Ni rastro de maquillaje en su rostro, ni de carmín en sus labios, o de sombra alguna en sus ojos.  Caminaba con pausa, junto al lago, envuelta en un aura de dignidad, plenitud y hermosura. Y de vez en cuando, al mirarla yo de reojo, me devolvía ella la mirada, sonriendo tímidamente. Lo demás, entre nosotros, era puro silencio. Silencio y una cálida brisa. Yo sentía cómo su esencia de mujer traspasaba las fronteras inherentes a su cuerpo, las de la materia que la envolvía, las de la distancia física, y cómo alcanzaba mi propia alma para

Máximo

Año 180 d. C. Cerca de Vindobona, Germania. El general hispanorromano Máximo Décimo Meridio, comandante de los Ejércitos del Norte, general de las Legiones Felix y leal servidor del emperador Marco Aurelio, lidera al ejército romano hacia una importante victoria sobre las tribus germánicas… Quinto Cornelio:  ¡Mañana es el gran día, mi general! ¡Una nueva victoria nos aguarda! ¡Brindemos por la gloria de Roma! General Máximo: Mañana, al salir el Sol, desertaré. No entraré en combate. Quinto:   No has bebido aún, mi general, y ya pareces ebrio. ¡Jajaja! Máximo:   Estoy sobrio, mi buen amigo centurión. Y no bromeo. Quinto:   Entonces... ¿te apetece explicarme tu decisión, mi general? Máximo: Con gusto te la explico. Verás, Quinto, llevo viviendo una guerra interna desde hace días. Una guerra que ha sacudido mi alma hasta sus cimientos. Y al final, en esa lid, ha vencido el amor. El amor hacia mí mismo y hacia los germanos. Quinto: No te comprendo.   ¿Pero qué

Ciudadanos del Universo

De: Pablo Para: Lucía Asunto: Mi casa Hola Lucía: Ya que me lo preguntaste en tu último correo, y teniendo en cuenta que en menos de una semana te alojarás en ella, paso a describirte mi casa. Sin entrar en detalles, sólo para que te hagas una idea. Verás, la planta del edificio se divide en dos niveles: al superior se llega mediante una escalera helicoide de madera y metal cromado, distribuyéndose en él tres habitaciones, cada una con su propio cuarto de baño y dos de ellas con terraza. En el inferior, hay una zona amplia que abarca el salón, la cocina, el comedor y mi despacho. Todos ellos rodean a un terrario central que también hace de tragaluz.  Los ventanales llaman la atención por su diseño atípicamente ovalado, por su gran formato y porque prestan un aspecto muy singular a la vivienda. Como si poseyera unos grandes ojos capaces de verlo todo. Si decides salir al exterior por su puerta trasera, accedes a un jardín estilo japonés con una piscina

Un niño

Hoy cumplo nueve años, y mi padre me ha regalado una especie de maleta con ruedas para llevar los libros al colegio. Al dármela, me ha dicho que le sabía muy mal verme todos los días cargado con la mochila a mis espaldas. Además, como sabe que me gusta Batman, el trasto lleva un dibujo en relieve de Batman. ¿Habrá pensado que así me gustaría más? En fin, esta ha sido la prueba de confirmación que yo necesitaba y que ya tengo. Ahora lo sé sin ninguna duda: mi padre cree que me chupo el dedo. Porque no era suficiente ponerme un uniforme con corbata, igualito que él, y hacerme madrugar todos los días para llevarme luego a un colegio donde me paso las horas muertas hablando inglés. Hoy tocaba la maletita con ruedas. Por supuesto, para hacer de mis viajes al colegio unos momentos mucho más emocionantes. Pues muchas gracias, papá, pero hubiera preferido jugar contigo en el parque. Es que no te enteras... Si sólo tengo nueve años… ¿A mí qué me importa quién era Napoleón o Juana la Lo

Diana, la cazadora.

Isla de Ortigia, en un tiempo pasado y muy remoto… Diana:   Yo soy Diana, y t ú debes de ser Acteón.  Acteón: Lo soy. Diana: Los lugareños me han hablado de ti. Aseguran que eres un dios, como yo.  Acteón: Cierto. Diana:   Y que abatiste con tu lanza certera a una miríada de elefantes en África. Que también allí le arrancaste el corazón a una centena de fieros leones, y que una serpiente de proporciones nunca vistas por los hombres te engulló vivo, y que luego saliste de su vientre a fuerza de rasgarlo con una daga. Acteón: Verdad es. Diana: Esta mañana te he presentido, y tu imagen, llena de vigor y fuerza, ha venido a refrescar mi alma, que ardía de ausencia. Sin embargo, te descubro ahora sentado al borde de esa piedra, con tus trofeos de hoy desparramados por el suelo, cabizbajo, y con las manos ensagrentadas. ¿Qué pena te aflige, mi buen cazador? Acteón: Ninguna, hermosa Diana, ninguna. Simplemente, que ya estoy saciado de tanta muerte cruenta e innece

La ignorancia es atrevida

Tiempo presente. Fosa oceánica de las Marianas. Pacífico noroccidental. A 6000 metros de profundidad. Melanocetus: Me pregunto si habrá algo más allá del abismo... Anoplogaster: ¿Cuántos años tienes, Melanocetus? Melanocetus: Cinco. Anoplogaster: Yo, veintiséis. Y en veintiséis años de nadar constantemente por el mundo nunca he visto algo distinto a este abismo frío y oscuro. Melanocetus:   Ya... pero… a lo mejor… Anoplogaster: Sé realista, ninguno de nosotros ha conocido otro mundo más allá del abismo. No existe nada más. Acéptalo. Grimpoteuthis: Yo tampoco he visto jamás algo distinto al abismo.  Eurypharynx: Todos ellos tienen razón, Melanocetus. Todo el Universo es agua fría y oscura. Es algo evidente, que no necesita demostración. Algo que los peces abisales sabemos perfectamente. Melanocetus: ¿Os cuento una cosa? Yo, cierto día, conseguí subir muy, muy arriba. No llegué a ver la luz, pero allí encontré a un tiburón. Y él me aseguró que la lu

Adela

Hace tiempo, entablé amistad con un matrimonio encantador de Valencia. Experimentaban serios problemas económicos por haber perdido su trabajo, pero la vida terminó sonriéndoles a ambos, ofreciéndoles una nueva oportunidad en Australia, donde ahora viven felizmente desde hace un año. Estos amigos tienen una hija que se llama Adela, y que ahora ha cumplido siete años. Hace dos, cuando aún vivían en Valencia, la única abuela, y cuidadora supletoria, que tenía Adela falleció, por lo que cuando mis amigos querían salir por la noche, llamaban a algún amigo o amiga para que hiciera de canguro (los canguros fueron un adelanto de lo que les esperaba en el futuro...). Un día de esos me tocó a mí, pero les dije que prefería que me trajeran a Adela a casa, en vez de ir yo a la de ellos. Más que nada, porque en previsión de que la solicitud llegara algún día (lo que pensamos tiende a materializarse), decidí habilitar una habitación entera de mi casa para que jugara la pequeñuela.

Lija y pegamento

Hace algunos meses, el tope antideslizante de una de las patas de un taburete que tengo en casa se rompió. Y como a partir de ese momento cojeaba, decidí acercarme a la ferretería para buscar otro nuevo con que reemplazarlo, tomando como referencia uno de los que quedaban en buen estado.  Ya en la ferretería, el empleado que me atendía rebuscó hasta encontrar un tope muy parecido al original… pero no exactamente igual (el nuevo tenía un calibre ligeramente más pequeño). Sin embargo, el citado empleado me dijo que tal vez podría encajar forzándolo un poco. De vuelta a casa, procedí a acoplar el nuevo tope en la pata del taburete. En efecto, tuve que forzarlo bastante, por lo que comenzó a resquebrajarse. Y, al final, se rompió... pero no se hizo añicos. Yo sabía de antemano que forzar la referida pieza podía ser una acción exitosa si terminaba ajustando. Pero también, que podía romperse. Esa era la otra posibilidad. Aunque si eso sucedía, yo perdía muy poco: apenas unos

La tempestad

- ...aquí, el yate Beluga. ¿Alguien me escucha en este canal? Cambio. [...] ¡Repito: aquí el Beluga!¡Esto es una llamada de emergencia! Por  favor, ¡¿alguien me escucha en este canal?! Cambio. - Aquí, Puerto de Nassau. Le escuchamos, Beluga. Díganos, ¿cuál es su posición? Cambio. - ¡Hace veinte minutos que no tengo corriente! ¡El generador está completamente inundado! ¡Estoy hablando con la batería de soporte de la radio! ¡La última vez que leí los instrumentos me encontraba a 26 grados, 24 minutos y 56 segundos latitud Norte, y a 70 grados, 23 minutos y 2 segundos longitud Oeste, a unas trescientas ochenta millas náuticas de ustedes! ¡Cambio! - ¿En qué podemos ayudarle, Beluga? Cambio. - ¡Estoy en el epicentro de una tempestad con mar arbolada y un viento de fuerza nueve que sigue arreciando! ¡He perdido a los otros tres miembros de mi tripulación! ¡También, parte del velamen, la quilla y el timón, y la embarcación está medio inundada! ¡Me encuentro a la deriva si

Pasado, Futuro y Presente se sientan juntos a la mesa...

Pasado: ¿Os acordáis de lo mal que nos salió el cocido ayer? Fue un completo desastre. Futuro: Tengo miedo de que mañana vuelva a ocurrirnos lo mismo con la paella. Presente: Estos espaguetis están francamente deliciosos. Qué placer…