Cuando un ciudadano de la antigua Roma quería decir Mi corazón, pronunciaba las palabras Cor meum. Y cuando quería decir Te llevo en mi corazón, pronunciaba estas otras: Ego te porto in corde meo. A fin de cuentas, en latín corazón se dice cor-cordis (nominativo y genitivo, respectivamente). Y de ahí han derivado algunas hermosas palabras en castellano. Palabras que, cuando uno las escucha, podría pensar que poco o nada tienen que ver con el corazón. Pero tienen que ver, y mucho. Como por ejemplo:
RECORDAR. Literalmente, vendría a significar algo así como Volver a pasar por el corazón. Es decir, que si yo le digo a alguien que le estoy recordando, lo que quiero decirle, literalmente, es que lo estoy volviendo a pasar por mi corazón.
ACORDAR. Literalmente, Unir los corazones.
CORAJE. (Valor) Literalmente, Ir con el corazón por delante.
CORDIAL. Literalmente, Que tiene la capacidad de fortalecer el corazón.
Así pues, cordialmente, os propongo un acuerdo: recordemos siempre mantener el coraje.
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