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Limpieza, orden y actualización.



Katia: ¿Te viene bien hablar ahora por teléfono o estás ocupado, Marcus?
Marcus: Podemos hablar, Katia.
K: Es que estoy más que harta de este ordenador. Es un desastre.
M: ¿Qué le pasa?
K: Pues que va lento, se bloquea, se apaga o se reinicia solo, hace cosas raras... A veces, parece que todo va bien, pero tarde o temprano vuelve a las andadas. Y ya no sé qué hacer. Estoy hasta el moño. Además, me condiciona mucho a la hora de usarlo para mi trabajo o para mis cosas personales. Y ya me he visto más de una vez en un serio compromiso. 
M: ¿Y desde cuándo le pasa todo eso que me cuentas?
K: ¡Uf!, hace más de un año...
M: Recuerdo que era un excelente ordenador.
K: Sí, lo es. Era el mejor que había en la tienda hace dos años.
M: Pues mira, Katia, vas a hacer lo siguiente. Toma nota.
K: Dime, te escucho.
M: Descargas de Internet un antivirus muy potente que se llama "Healtron", lo instalas y lo pones a funcionar. Lo primero, antes que otra cosa, es eliminar radicalmente todo aquello que sea dañino y que perjudique directamente su funcionamiento. 
K: Vale, comprendo.
M: Luego, te deshaces de todos los archivos, carpetas o programas que no utilices. Me refiero a todos aquellos que, sin ser directamente dañinos, ya no te sirvan, que estén de más, que estorben. Es decir, que ocupen un espacio útil o consuman recursos y energía pero sin aportar nada. ¿Me explico? 
K: De acuerdo. Lo haré así.
M: Una vez hayas eliminado del disco duro todo lo que te sobre, todo lo que ya no te sirva, vas y activas una herramienta que se llama "Desfragmentador de disco".
K: ¿Y eso para qué sirve?
M: Es una aplicación que lleva instalada de serie el ordenador. Lo que hace, esencialmente, es ordenar toda la información del disco duro de manera secuencial y compacta, permitiendo que se pueda acceder a ella de una manera mucho más rápida y ágil. O dicho de otro modo: convierte la información caótica en información armónica.
K: Genial. Me encanta. Y, ¿algo más?
M: Sí. ¿Alguna vez has actualizado tu ordenador?
K: No, nunca. Recuerdo que la primera vez que lo encendí me preguntó si quería que se actualizara el sistema de forma automática o manual. Y le dije que manual.
M: Imagino que en dos años te habrán salido varias recomendaciones de actualización.
K: Sí, muchas veces, pero como luego había que reiniciar y esperar, las ignoraba.
M: Es muy importante actualizar el sistema con frecuencia para que el ordenador se depure adecuadamente, para optimizar su rendimiento y que pueda hacer frente a situaciones de gran exigencia y para evitar problemas en el futuro. Así que finalmente vas al "Panel de control", luego a "Actualizar sistema" y una vez ahí, le dices "Actualizar ahora". Y eso es todo, Katia.
K: Vale, lo voy a hacer así, como me dices, y ya te cuento. Muchas gracias, Marcus.
M: De nada, mujer.

Al día siguiente...

Katia: ¡Marcus! ¡No me lo puedo creer!
Marcus: Eso suena a buenas noticias...
K: ¡¡¡Sí!!! ¡El ordenador ya funciona estupendamente! ¡Y mejor aún que cuando lo compré! ¡Es increíble! ¡Estoy impresionada!
M: Me alegra verte tan contenta.
K: ¡Uf!, no te lo imaginas. La verdad es que si hubiera sabido que arreglar esto era tan fácil me habría ahorrado un montón de problemas y quebraderos de cabeza desde hace mucho tiempo.
M: Bueno, más vale tarde que nunca.
K: Oye, Marcus, me gustaría mucho invitarte a cenar este próximo viernes. Conozco un sitio muy especial. Seguro que te encantará. Pero no quiero que pienses que es para agradecerte lo que has hecho por mí.
M: Tranquila, preciosa, ya sé que no es por eso...

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