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Lo que no tiene nombre



En un simple sofá, insertado en su armazón, sin que nadie se dé cuenta;
en el lado derecho de una cama, silencioso y abrazado a su ocupante;
o en el interior de un ascensor, aunque esté lleno de gente, encajo.

Cuando amanece en la playa, justo detrás del horizonte;
cuando sopla el mistral, acariciando los altos cipreses;
o cuando vuelve el otoño, bajo la hojarasca, encajo.

Amablemente, con hombres, mujeres y niños;
decididamente, con el paisaje y las sombras;
fácilmente, con piedras y arroyos, encajo.

Aquí, sobre nebulosas y galaxias;
ahí, entre moléculas y átomos;
allí, tras los abismos, encajo.

Cuando quiera que sea,
dondequiera que sea,
como sea, encajo.

Y contigo,
siempre,
encajo.

Comentarios

  1. me encanta el texto y como te lo has currado para que quede así, en forma de triángulo. enhorabuena

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