Ir al contenido principal

Enamorado



20 de noviembre de 2014


Ahora mismo, me encuentro en un planeta que no se parece a ninguno que haya visitado anteriormente. Éste no admite comparaciones. Es, literalmente, otro mundo. 

Lo primero que me llamó la atención de él, cuando llegué aquí hace dos meses, fue su aspecto azulado y brillante, destacando con ostentación en la vasta negrura del Cosmos. Y también, que estuviera recubierto irregularmente por una configuración de nubes vaporosas que sobrevuelan lentamente toda su superficie. Además, sobre la tierra firme, el Reino Vegetal se extiende con un manto de color verde intenso. Una característica que lo embellece aún más, si cabe.

Este cuerpo celeste que algunos denominan Tierra es, además de especial, un lugar variopinto. Lo digo porque la vida se abre camino vigorosamente en sus océanos de agua líquida, donde nadan multitud de seres acuáticos; así como en el medio aéreo, donde vuelan criaturas aladas de todos los tamaños; y donde otros animales corretean, saltan o se arrastran por la superficie continental. 

Pero todavía más sorprendentes que sus volcanes escupiendo fuego, o que sus rayos tormentosos resquebrajando el cielo con estruendo, son los seres humanos, las personas: los hombres y mujeres que lo habitan. Unas criaturas del todo peculiares que se encuentran en la cúspide evolutiva del planeta. 

Adondequiera que voy, en cada rincón de este mundo, y cada día más, me encuentro con personas llenas de bondad y de generosidad que me tratan estupendamente, como a un hermano. También abundan las comunidades humanas que se mueven por solidaridad con otras muy distintas, y que, sin embargo, sienten como semejantes. O la gente dispuesta a consagrar su existencia al desarrollo de su entorno y del propio planeta sin esperar nada a cambio. Incluso individuos que son capaces de unirse entre sí, creando poderosas sinergias, para poder afrontar las adversidades más desafiantes de manera eficaz, constructiva y armoniosa.

Definitivamente, me encanta la Tierra,
esa energía femenina que la inunda,
que la hace girar con gracia,
el amor noble y cotidiano
que me inspira...

Y es que, la mire como la mire,
me parece hermosa;
inacabablemente
hermosa...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Vaalbará

Pangea fue un supercontinente que se originó hace 300 millones de años y que al fragmentarse (unos 100 millones de años más tarde) dio lugar a Gondwana y Laurasia , los dos protocontinentes precursores de los que existen hoy en día. Sin embargo, a lo largo de la historia de la Tierra han existido otros supercontinentes antes de Pangea ( Pannotia, Rodinia, Columbia, Atlántica, Nena, Kenorland, Ur ...), los cuales fueron fragmentándose y recomponiéndose en un dilatado ciclo de miles de millones de años. El primero de esos supercontinentes se denominó Vaalbará . Vaalbará es un vocablo hibridado que resulta de fusionar los nombres Kaapval y Pilbara , el de los dos únicos cratones arcaicos que subsisten en la Tierra (los cratones son porciones de masa continental que han permanecido inalteradas -ajenas a movimientos orogénicos- con el paso del tiempo). La Tierra hace 3.600 millones de años. Y el supercontinente Vaalbará conformado en medio del superocéano Panthalassa

Catalina y Miguel: una historia de amor.

Valencia, 15 marzo de 2014. Torre de Santa Catalina: Miguel, ¿cuánto tiempo hace que nos conocemos? Torre de El Miguelete: Poco más de trescientos años, Catalina. Catalina: Aún me acuerdo de cuando nací, a principios del siglo XVIII. ¿Te acuerdas tú? Miguel: Por supuesto que me acuerdo. Llevaba mucho tiempo solo, aquí, en medio de la ciudad, y entonces, poco a poco, fuiste apareciendo tú. No imaginas cuánto me alegré de tu llegada. "Por fin una torre como yo, cerca de mí", pensé. Catalina: Cuánto ha cambiado Valencia, ¿eh?, a lo largo de todos estos siglos... Se ha convertido en una metrópoli muy grande, enorme, y bulliciosa, incluso los seres humanos han construido máquinas voladoras que surcan sus cielos. Es increíble, ¿verdad?, de lo que son capaces las personas... Miguel: Yo llevo mucho más tiempo que tú en la urbe. Antes, incluso, de que los hombres de estos reinos llegaran a las Américas. Tú aún no habías nacido. Aquellos pasaban por ser tiempos

Quirofilia

Mientras las yemas de mis dedos recorren devotas la longitud que da forma a tus manos… …comienza a plegarse la geometría del Universo sobre sus inacabables eones, avanza el deshielo de las sinuosas lenguas glaciares en Groenlandia, Marte describe una vuelta completa alrededor del Sol, la primavera se va convirtiendo en verano, el calendario entra en el nuevo siglo, sube y baja mil veces la marea, y cae la tarde... ...sin prisa…