No a todos los seres humanos nos han enseñado de pequeños a comunicarnos eficazmente con los demás, ni a expresar genuinamente nuestros sentimientos más profundos. Por eso es frecuente que muchas personas, ya sea porque albergan ciertas necesidades afectivas, o como consecuencia de frustraciones personales, recurran a menudo a un tipo de comunicación intrínsecamente conflictiva para hacer llegar a los demás sus mensajes.
Imaginemos por un momento que tuviéramos una máquina capaz de penetrar en lo más profundo de nuestro ser y que pudiera ponerle palabras justas y exactas a nuestros sentimientos o emociones... sin que hubiera espacio para la mentira, la falsedad ni la hipocresía. Una máquina que podría escuchar lo que dice una persona verbalmente y traducir simultáneamente lo que su corazón, de verdad, quiere decir.
Lo que voy a exponer a continuación son unos cuantos ejemplos de lo que podría llegar a traducir esta supuesta máquina, imaginando diferentes frases pronunciadas por distintas personas enfadadas, frustradas, resentidas o afligidas.
En la parte superior de cada par podremos leer lo que una hipotética persona diría de viva voz (mentalmente) y en la inferior lo que verdaderamente está queriendo decir su corazón.
MEN.: No me llamaste para salir con la bici, tal como me habías prometido, papá, y ya van dos veces. Ya no quiero volver a ir contigo.
COR.: Me habría encantado ir en bici contigo, papá, y me sentí muy triste porque no fuera así. Deseo que vuelva pronto la ocasión.
MEN.: El sexo contigo es malo, y seguro que es porque no te gusto. Deberías haberme avisado de lo que me esperaba.
COR.: Me encantaría sentirme amada por ti y saber que soy importante en tu vida, que no soy una más.
MEN.: Nunca te perdonaré la ofensa que me has hecho. Fue humillante aquello que me dijiste.
COR.: Aún no me he perdonado a mí mismo.
MEN.: Estoy harto de que casi todos los domingos comas con tu familia, en vez de conmigo. Está claro que te importo un pepino.
COR.: Me haría muy feliz comer contigo el próximo domingo y disfrutar de tu compañía.
MEN.: Hace tiempo que no me llamas y ahora no me apetece verte.
COR.: Daría lo que fuera por quedar contigo.
MEN.: Estoy muy triste porque no me quieres.
COR.: Creo que no me amo lo suficiente.
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