Oam: Emar, ¿tú has oído hablar del crecimiento personal?
Emar: ¡Sí, claro!
Oam: Pues, ¿podrías explicarme en qué consiste, por favor?
Emar: Verás, el crecimiento personal se podría definir como un proceso de evolución individual en virtud del cual alcanzamos mayor armonía, madurez y equilibrio, tanto con nosotros mismos como en la relación con los demás.
Oam: ¿Y qué se consigue, exactamente, a través del crecimiento personal?
Emar: La personalidad, el carácter y la conducta del individuo se van transformando, de tal modo que éste va ganando en sabiduría, y, por consiguiente, en bienestar. Es decir, el sujeto va adquiriendo recursos que le van permitiendo hacer frente a los avatares y desafíos que la vida plantea de una forma más constructiva y provechosa.
Oam: ¿Podrías poner algún ejemplo?
Emar: Por ejemplo: un ser que actúe frecuentemente de forma egoísta y desconsiderada, y que por ello sufra el rechazo de los demás, después de un curso de crecimiento personal podría llegar a volverse más empático y actuar de forma más generosa y amable. Y todo ello en, relativamente, poco tiempo.
Oam: ¡Vaya, es muy interesante! Por cierto, ¿tú conoces de algún sitio en el que pueda realizarse un curso intensivo de crecimiento personal? Es que lo estoy pensando... y me apetece mucho. Creo que me convendría. Tengo tanto que aprender aún...
Emar: Pues, ahora que lo dices, sí sé de un lugar que goza de renombre y un gran prestigio. Allí realizan cursos intensivos, de los que la gente sale muy preparada. Y aunque los métodos de enseñanza que se siguen resultan bastante duros en ocasiones, no deja de ser una institución avalada por largos años de experiencia en formación completamente individualizada y de alto nivel. Yo, de hecho, estuve allí durante un tiempo, trabajando como voluntario, ayudando a otros en su proceso de crecimiento.
Oam: ¿Y cómo se llama ese sitio, Emar?
Emar: Tierra.
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