Ir al contenido principal

¿Qué significa "estar conectado"?


Todo ser humano, desde el más abyecto hasta el más bondadoso, alberga dentro de sí una chispa de calor (amor) y de luz (sabiduría). Es como un Sol (calor+luz) que hay en el núcleo de nuestro ser. Algo que nos iguala a todos los seres humanos: nuestra esencia. Algo pujante y poderoso, un impulso natural que tiende a manifestarse espontáneamente... de no ser que el miedo o la ignorancia hagan acto de presencia.

Para mí, estar conectado significa, literalmente, estar en conexión con esa esencia, estar uno alineado con esa chispa que nos impregna y que nos faculta para poder brillar en cada momento de nuestras vidas.

Brillar quiere decir ser, tal cual, como una estrella. O sea, irradiar esa luz (sabiduría) y ese calor (amor) desde nuestro centro hacia el exterior, de dentro hacia fuera; empezando por nosotros mismos (amor propio).

Estar conectado, a la fin y a la postre, consiste en darnos lo mejor de nosotros mismos (respeto, cariño, comprensión, perdón, valor, confianza, etc.) y dárselo, también, a los demás. Es dar algo que tanto más crece cuanto más se da.

Es, a mi entender, lo más grande que puede hacer un ser humano, lo que más le dignifica, lo que más le honra, lo que más le ennoblece. Pero no deja de ser una elección.

Somos libres de escoger...

Comentarios

Entradas populares de este blog

Catalina y Miguel: una historia de amor.

Valencia, 15 marzo de 2014. Torre de Santa Catalina: Miguel, ¿cuánto tiempo hace que nos conocemos? Torre de El Miguelete: Poco más de trescientos años, Catalina. Catalina: Aún me acuerdo de cuando nací, a principios del siglo XVIII. ¿Te acuerdas tú? Miguel: Por supuesto que me acuerdo. Llevaba mucho tiempo solo, aquí, en medio de la ciudad, y entonces, poco a poco, fuiste apareciendo tú. No imaginas cuánto me alegré de tu llegada. "Por fin una torre como yo, cerca de mí", pensé. Catalina: Cuánto ha cambiado Valencia, ¿eh?, a lo largo de todos estos siglos... Se ha convertido en una metrópoli muy grande, enorme, y bulliciosa, incluso los seres humanos han construido máquinas voladoras que surcan sus cielos. Es increíble, ¿verdad?, de lo que son capaces las personas... Miguel: Yo llevo mucho más tiempo que tú en la urbe. Antes, incluso, de que los hombres de estos reinos llegaran a las Américas. Tú aún no habías nacido. Aquellos pasaban por ser tiempos ...

Vaalbará

Pangea fue un supercontinente que se originó hace 300 millones de años y que al fragmentarse (unos 100 millones de años más tarde) dio lugar a Gondwana y Laurasia , los dos protocontinentes precursores de los que existen hoy en día. Sin embargo, a lo largo de la historia de la Tierra han existido otros supercontinentes antes de Pangea ( Pannotia, Rodinia, Columbia, Atlántica, Nena, Kenorland, Ur ...), los cuales fueron fragmentándose y recomponiéndose en un dilatado ciclo de miles de millones de años. El primero de esos supercontinentes se denominó Vaalbará . Vaalbará es un vocablo hibridado que resulta de fusionar los nombres Kaapval y Pilbara , el de los dos únicos cratones arcaicos que subsisten en la Tierra (los cratones son porciones de masa continental que han permanecido inalteradas -ajenas a movimientos orogénicos- con el paso del tiempo). La Tierra hace 3.600 millones de años. Y el supercontinente Vaalbará conformado en medio del supe...

"¡Qué alivio!".

Vivo al lado del campo. Cruzo la calle y ya estoy en la huerta. Me asomo por la ventana y lo que veo son quilómetros de un horizonte verdoso y salpicado de vegetación. Llevo más de un año y medio observando este paisaje, escuchando sus sonidos y disfrutando de sus múltiples matices. Me he acostumbrado a él y ya me resulta totalmente familiar. Lo conozco bien. Hace un par de días que escucho a los pájaros cantar en mayor cantidad y con más intensidad que días atrás. Lo percibo claramente. Ha habido un antes y un después desde el comienzo de la cuarentena. También me he dado cuenta de que los gatos callejeros están adoptando nuevos y curiosos comportamientos. Ahora, por ejemplo, deambulan, incluso en manada, más allá de sus territorios habituales. O se detienen en mitad de la calzada sin preocuparse. O se aventuran a explorar campos aledaños. Incluso alguno se atreve a subirse, para otear, al capó de un coche. El caso es que la drástica reducción del tráfico de vehículos y...