Tío Charles: Cuánto me alegro de poder bailar contigo en el día de tu boda, querida sobrina. Es un honor para mí.
Sarah: Yo también me alegro mucho, tío Charles. Eres un hombre muy especial.
Tío Charles: Me alegra que me veas así, preciosa.
Sarah: ¿Sabes una cosa?, todas las personas que conozco, en mayor o menor medida, se han dejado a alguien en el camino.
Tío Charles: ¿A qué te refieres?
Sarah: Pues, por ejemplo, a antiguas parejas con las que no quedan bien, a amigos con los que riñen, a familiares con los que ya no se hablan...
Tío Charles: Sí, tristemente, suele ser así.
Sarah: Pero tú, sin embargo, te llevas bien con todas tus antiguas parejas, con todos los miembros de esta familia. Además, tienes cientos de amigos que te aprecian. Vamos, que, hasta donde yo sé, no te has dejado a ninguno en el camino. No le guardas rencor a nadie. Y, la verdad, creo que eso no es muy habitual. ¿Cuál es tu secreto? ¿Cómo lo haces?
Tío Charles: Tú ya sabes, cariño mío, que tengo muy mala memoria...
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