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Mostrando entradas de noviembre, 2014

Razón de ser

Unas águilas conversan... Kiee: ¿Os habéis fijado en esa águila nueva que merodea por aquí? Yii: Sí, es muy rara. Lleva varios días en el territorio y todavía no la he visto volar. Ghaa: Es muy extraño. No entiendo por qué no lo hace. Por cierto, ¿la habéis observado cazando en el lago? Kiee: Sí, se queda en la orilla y de vez en cuando atrapa algún pez con sus garras. Es asombroso. Jamás había visto un águila hacer algo así. Con lo fácil que sería volar y cazar desde el aire. Le daría muchísima ventaja. Yii:   Bueno... r econozcamos que es muy habilidosa pescando. Desde luego, no se muere de hambre. Está bien alimentada. Y se le ve fuerte. Incluso me atrevería a decir que parece feliz.  Kiee: Yo, a veces, la veo correteando a gran velocidad, y saltando. Se le da estupendamente lo de moverse por tierra. Otras, la descubro inspeccionándolo todo con curiosidad, mirando el entorno con entusiasmo, como si fuera la primera vez que ve un lago, o una montaña, o un bosque

La Tierra vista desde las inmediaciones de la Luna

Esta fotografía real (sin trucos) fue captada recientemente desde la sonda china Chang'e 5T1. En ella, se observa la cara oculta de la Luna, y, al fondo, nuestra madre Tierra. Sí, en esa pequeña canica azulada está todo aquello con lo que interactuamos a diario, todo aquello que nos pertenece, todo aquello de lo que formamos parte, todas las personas que conocemos. Todas nuestras vidas: nuestro pasado, nuestro presente, y, seguramente, nuestro futuro más inmediato. Ahí vivimos todos juntos: hombres, mujeres, niños, ancianos, ricos, pobres, negros, blancos, asiáticos, esquimales, musulmanes, judíos, americanos, españoles, australianos, profesores, carpinteros, policías, tiranos, asesinos, soñadores, creadores, amantes... Todos vamos en el mismo barco, con el mismo rumbo y en la misma dirección. Aunque a veces no lo parezca.

A una amiga

Gracias, amiga. Gracias por tantos momentos compartidos conmigo. Por los dulces, y también por estar ahí, tan cerca, en los amargos. Por aquellos alegres y divertidos, y por los que surgieron ante nosotros como un gran desafío, como una prueba de amor, que, al final, ambos superamos. Gracias por tu siempre inestimable ayuda, por ser mi socorrido recurso cuando los demás no alcanzan, por ser mi aliento en las fatigas y empuje en los avatares. Gracias por tu comprensión y por tu consideración, por tratar de no juzgarme, por esquivar los reproches y las críticas; por creer en mí, en mi palabra y en mi buena voluntad... a pesar de todo. Gracias por interesarte por mi vida, por mis inquietudes, por mis ideas, por mis proyectos y por mis sueños, y por contribuir, aportando tu grano de arena, a que estos últimos se hagan realidad. Gracias por tu simpatía, por tu frescura, por tu sentido del humor y por tu reconfortante sonrisa; cualidades, todas, que colorean mis días

Enamorado

20 de noviembre de 2014 Ahora mismo, me encuentro en un planeta que no se parece a ninguno que haya visitado anteriormente. Éste no admite comparaciones. Es, literalmente, otro mundo.  Lo primero que me llamó la atención de él, cuando llegué aquí hace dos meses, fue su aspecto azulado y brillante, destacando con ostentación en la vasta negrura del Cosmos. Y también, que estuviera recubierto irregularmente por una configuración de nubes vaporosas que sobrevuelan lentamente toda su superficie. Además, sobre la tierra firme, el Reino Vegetal se extiende con un manto de color verde intenso. Una característica que lo embellece aún más, si cabe. Este cuerpo celeste que algunos denominan Tierra es, además de especial, un lugar variopinto. Lo digo porque la vida se abre camino vigorosamente en sus océanos de agua líquida, donde nadan multitud de seres acuáticos; así como en el medio aéreo, donde vuelan criaturas aladas de todos los tamaños; y donde otros animales corretean,

Nada es imposible

Cerca del río Hudson, Manhattan, Nueva York. 15 de enero de 2009 Copiloto: ¡Comandante, las aves han impactado en los motores! ¡Perdemos potencia rápidamente! ¡Nos vamos a estrellar! ¡Dios mío! ¡Vamos a morir todos! ¡Esto es el final! Comandante: Todo va a salir bien. Todo va a salir bien. Nada es imposible. Todo va a salir bien... Señoras y señores, muy buenas noches y bienvenidos a "Noticias a las ocho", en el Canal 6. Esta misma mañana, el vuelo 1549 de US Airways ha sufrido un grave accidente. Poco después de haber despegado del aeropuerto LaGuardia, una bandada de gansos ha impactado contra los motores del Airbus A320, perjudicando severamente su funcionamiento. Sin embargo, la enorme pericia del comandante, el piloto Chesley Sullenberger, le ha facultado para llevar a cabo un portentoso aterrizaje de emergencia, acuatizando su aeronave sobre las gélidas aguas del río Hudson. Según todos los expertos, se trata de un gesto heroico y sin precedentes en la

El secreto de Héctor

5 de enero de 1972 Sargento de la policía política: ¡Levántate de la cama y vístete! ¡Te doy un minuto! Héctor: Pero, ¿qué es lo que he hecho? ¿Por qué me detienen? ¿De qué se me acusa? Sargento de la policía política: ¡Cierra el pico, si no quieres que te rompa los dientes, y vístete! 20 de septiembre de 1985 Periodista: Señor Lescano, imagino que es consciente del impacto que ha tenido en nuestro país, y en el mundo entero, su liberación. Una liberación que ha tenido lugar merced a la amnistía que le ha concedido el nuevo gobierno democrático. Usted, un poeta subversivo, ha estado preso durante más de trece años en una celda de dos por tres metros, con un pequeño ventanuco por el que apenas entraba la luz del Sol, y sin más contacto con seres humanos que con su propio carcelero. Pero lo sorprendente es que, a pesar de esta terrible experiencia de confinamiento, los informes periciales concluyen que usted no solamente disfruta de una excelente salud física s

Qué andarás haciendo...

¿Sabes?, hoy, no sé por qué, me he levantado muy feliz. Especialmente contento. Dispuesto a vivir el día con plenitud, sacándole todo el jugo. Saludando al Sol. Abierto. Dejándome amar por la vida... Para desayunar: tostadas con aguacate e infusión de romero. También he quemado algo de incienso. Me apetecía. Un placer, ya de buena mañana... Luego, trabajo en el despacho hasta las doce y media, más o menos. Y después, un paseo hasta los Jardines de Monforte. He hecho algunas fotos... Tras la comida, he subido a la terraza. Allí me he echado un rato en la hamaca, mientras escuchaba algunas piezas para violín de Vivaldi. Su música parecía hecha para un día como el de hoy. Total, que en uno de los allegros  más intensos me he acordado de ti. No por casualidad... Me pregunto qué andarás haciendo...

Pongamos que hablo de Valencia

A veces, caminando por la calle don Juan de Austria, disfruto al empaparme de ese ir y venir ajetreado de la multitud que transita por ella, de la gente que entra y sale de las tiendas, de la que cordialmente toma algo en las terrazas... Aunque subir al Miguelete un domingo por la tarde, sobre todo si es a finales del mes de junio, tampoco desmerece. Como disfrutar con emoción de esa perspectiva elevada de la ciudad, de la amplitud de miras que me ofrece mi querida, mi portentosa torre... Por otro lado, si me quedo sentado en los escalones de la Plaza de la Virgen un día cualquiera, sé que no necesitaré hacer nada más, porque estando en el corazón mismo de la ciudad, basta con observar a tu alrededor para deleitarte notando cómo la vida late y se encarna en cada cosa, en cada ser... De todos modos, si puedo elegir, elijo el mar. Tal vez porque encuentro algo mágico y único en lo costero: cuando escucho el crepitar de las olas en su vaivén, cuando me pierdo en su horizo

Miradas de fuego

Esta mañana de domingo nublado y desapacible, al levantarnos, te has colocado tu rebeca de color ocre, te has estirado las mangas hasta cubrir casi por completo tus manos y me has pedido que encendiera la chimenea, que tenías frío.  Al cabo de un rato, he echado en ella algunos troncos recios y un buen montón de agujas secas de pino; tal vez, demasiadas. Al deflagrar el combustible, unas llamaradas vigorosas y altas como espigas de cereal se han erguido súbitamente, irradiando un intenso calor que se ha expandido por todo el salón. Entonces, en ese preciso instante, te he mirado fijamente a los ojos, tú me has mirado fijamente a los míos, y los dos hemos ardido, por momentos, en una pira...