Érase una vez, dos átomos de hidrógeno que flotaban por el espacio interplanetario...
Átomo α: ¿Cuánto tiempo hace que nos conocemos?
Átomo β: Dos mil millones de años.
α: Pues... quería decirte que siento algo muy intenso por ti, una atracción muy especial.
β: A mí me sucede lo mismo. Es que somos tan parecidos...
α: ¿Sabes?, siento que te amo, y me encantaría fusionarme contigo.
β: A mí, también; pero para eso harían falta enormes cantidades de temperatura y presión.
α: ¿Y dónde podríamos encontrar esas condiciones?
β: En el núcleo de una estrella.
α: ¿Y qué pasará cuando nos fusionemos?
β: Que dejaremos de ser dos átomos de hidrógeno.
α: ¿Y en qué nos convertiremos?
β: En un solo átomo.
α: ¿Quieres decir que tú y yo dejaremos de ser dos para convertirnos en uno?
β: Sí, así es. Efectivamente.
α: ¿Y cómo nos llamaremos?
β: Helio.
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