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Mostrando entradas de enero, 2013

Carmen: una niña con personalidad.

Tía Tula:   A ver, niños, ¿a quién os gustaría pareceros de mayor? Dime, Jorgito; tú primero. Jorgito:   Yo, a mi padre, porque es muy listo y sabe muchas cosas. Tía Tula:   ¿Y tú, Pedrito? Miguelito:  Yo quiero parecerme a Superman, que es muy fuerte y puede volar. Tía Tula:   ¡Qué bien! ¿Y tú, Laurita? Laurita:  Pues yo... ¡a Shakira! Es que es tan guapa... Tía Tula:   Y tú, Carmencita, ¿a quién te gustaría parecerte de mayor? Carmen:   ¡A mí misma! ¡Y me llamo Carmen, tía Tula, no Carmencita! ¡Jolines!

Discusión bizantina entre una recta y una curva

RECTA: Curva: tu morfología sinuosa, ondulada o zigzagueante delata lo propensa que eres a andarte por las ramas. Me da igual si te conviertes en guirnalda, parábola, asíntota, lazada... Sea como sea, pareces un puro ornamento. Eres tan poco práctica... ¡Es que eres enrevesada por naturaleza! Fíjate en mí, sin embargo: voy directa al grano. Me ahorro tiempo. Y mira cómo uno los dos puntos de esta hoja de papel. Con qué simplicidad los puenteo, con qué exactitud, con qué simetría, con qué perfección. Nada de artificios. Siempre acortando distancias, sin entretenerme. Es evidente que soy mejor que tú. CURVA: Tú, recta, no eres más que un filamento escuchimizado y monótono. Una aburrida sucesión de puntos predecibles. Me da igual si eres radial, segmento o bisectriz; no importa. ¡Pareces un fideo! Eres demasiado pragmática y rígida, y tu falta de flexibilidad y de plasticidad te vuelven insulsa, seca, poco atractiva. Siempre te reduces a la mínima expresión. Yo, por contra, expl

"1984".

En 1984, precisamente, fue cuando leí por primera vez la novela 1984 , de George Orwell. Un clásico de la literatura moderna y una obra maestra de referencia dentro del género de política-ficción. El libro (recomendable donde los haya) retrata con lujo de detalles y gran pericia narrativa la vida de un tal Winston Smith, personaje inmerso en la cotidianidad de un estado totalitario regentado por una oligarquía de privilegiados corruptos, a la cabeza de los cuales se erigía la figura misteriosamente velada de un oscuro dictador conocido como El Gran Hermano . Casi treinta años después de aquella literaria efeméride, mirando a mi alrededor, y viendo la coyuntura político-económico-social que nos azota en el momento presente, inevitablemente, me acuerdo de ese mundo tétrico, de esa sociedad decadente cuyos valores humanos habían quedado reducidos a la mínima expresión, y donde la abyección, salpicando a todos los estratos sociales, se había convertido, por activa y por pasiva

Sucedáneo

Luis:   Verá usted, mi hijo ha sido un niño que nunca se ha sentido atraído por los dulces. No sé por qué, pero así era. Sin embargo, desde que falleció mi esposa, hace cosa de un año, el crío ha desarrollado una auténtica obsesión por el dulce. Lo toma a diario, y a veces de forma compulsiva: pastelitos, chuches, chocolate... No le hace ascos a ninguno. Y el caso es que, como soy consciente de los perjuicios que pueden ocasionar a la salud, estoy empezando a preocuparme. Por eso, he acudido a usted. Terapeuta:   Luis, ¿cómo describiría a su esposa?  Luis:  Era una mujer maravillosa, ¿sabe? Tan llena de ternura... y siempre dando cariño a todo el mundo. Sobre todo, a mi hijo. El crío la adoraba, ¿sabe? Terapeuta:   Y usted, ¿es dulce con el chaval?

Cursos de crecimiento personal

Oam: Emar, ¿tú has oído hablar del crecimiento personal? Emar:   ¡Sí, claro! Oam: Pues, ¿podrías explicarme en qué consiste, por favor? Emar: Verás, el crecimiento personal se podría definir como un proceso de evolución individual en virtud del cual alcanzamos mayor armonía, madurez y equilibrio, tanto con nosotros mismos como en la relación con los demás. Oam:   ¿Y qué se consigue, exactamente, a través del crecimiento personal? Emar:   La personalidad, el carácter y la conducta del individuo se van transformando, de tal modo que éste va ganando en sabiduría, y, por consiguiente, en bienestar. Es decir, el sujeto va adquiriendo recursos que le van permitiendo hacer frente a los avatares y desafíos que la vida plantea de una forma más constructiva y provechosa. Oam:   ¿Podrías poner algún ejemplo? Emar:   Por ejemplo: un ser que actúe frecuentemente de forma egoísta y desconsiderada, y que por ello sufra el rechazo de los demás, después de un curso de crecimiento