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Mostrando entradas de marzo, 2020

La cura

Gaia:   Doctor, ¿ya tiene su diagnóstico? Médico:   Sí, lo tengo. Usted padece una infección muy grave asociada a una gran intoxicación. Gaia:  ¿Y cuál es el origen de mi enfermedad? Médico:   Unos parásitos. Le han invadido por completo para robarle su materia y su energía. Además, han contaminado con múltiples toxinas su sangre y sus pulmones. La han llenado de costras. Incluso, por lo que veo, le han provocado heridas abiertas. Gaia:   ¿Y la proliferación de esos parásitos explicaría la fiebre que vengo padeciendo desde hace mucho tiempo? Médico:   Efectivamente. Así es. Gaia:   ¿Y de dónde provienen estos parásitos? Médico:   Se originaron en su propia sangre, tiempo atrás. Y el caso es que al principio eran inofensivos, pero con el tiempo mutaron y se volvieron dañinos. Y últimamente, a tenor de sus síntomas, parecen ser letales. Gaia:   ¿Y qué puedo hacer? Cada día estoy más enferma. No quiero morirme. Médico:   Voy a administrarle un nue

"¡Qué alivio!".

Vivo al lado del campo. Cruzo la calle y ya estoy en la huerta. Me asomo por la ventana y lo que veo son quilómetros de un horizonte verdoso y salpicado de vegetación. Llevo más de un año y medio observando este paisaje, escuchando sus sonidos y disfrutando de sus múltiples matices. Me he acostumbrado a él y ya me resulta totalmente familiar. Lo conozco bien. Hace un par de días que escucho a los pájaros cantar en mayor cantidad y con más intensidad que días atrás. Lo percibo claramente. Ha habido un antes y un después desde el comienzo de la cuarentena. También me he dado cuenta de que los gatos callejeros están adoptando nuevos y curiosos comportamientos. Ahora, por ejemplo, deambulan, incluso en manada, más allá de sus territorios habituales. O se detienen en mitad de la calzada sin preocuparse. O se aventuran a explorar campos aledaños. Incluso alguno se atreve a subirse, para otear, al capó de un coche. El caso es que la drástica reducción del tráfico de vehículos y